domingo, 15 de marzo de 2009

La vuelta de Nemo

Ante la imposibilidad de conseguir las fotos de la fiesta de carnaval, más allá de la que me saqué con el móvil mientras terminaba de arreglarme,
pasaremos a hablar de la vuelta de Julián.


Casi fue más larga la despedida que la ausencia, porque si se marchó el 4 de febrero, soltando la lagrimilla en la cubierta del barco, un par de semanas más tarde me llamaba:


--Marian, ...
--¡Hola!, qué sorpresa! cómo levantado tan temprano (eran las 11 de a mañana)?
--...que me ha llamado el constructor!
--??¿¿ ¿Qué constructor?- no sabía de qué me estaba hablando. Las últimas noticias que tenía era que andaba por Sevilla...
--El de la obra de Menorca, del aeropuerto. Me ha llamado esta mañana y me dice que qué hago en Sevilla, que tenía que estar ya en Menorca, que empiezan YA!
...
Así que tras unos cuantos gimoteos "ahora-no-quiero-ir", "Pero si me acaban d dar el alta: no hace ni una semana que estoy en el paro y ya me ponen a trabajar" y "Voy a pedir un pastón para demostrarle que no voy a ser rentable", al final, el muy cabrón, porque no tiene otro nombre, ha conseguido un puesto aún mejor que el que tenía antes. Por mucho que se queje de que la obra va a ser aburrida, de que las relaciones con la dirección van a ser un marrón, pues ha conseguido su sueldo, coche de empresa, que le paguen el alquiler y no sé cuántos más.
Y claro, como Merche estaba ya ocupando su habitación, y él tenía ganas de independencia, consiguió contactar con el antiguo casero de Merche y alquilar su piso, pero, eso sí, 150€ más barato que ella (que para algo estamos en crisis) y con plaza de garaje incluida. Merche estaba que se subía por las cortinas, de la indignación.
En fin, que me alegro un montón que esté de vuelta. Aunque a veces se pase con su pose de mártir, y le cuente a todo el que le llama por teléfono lo desgraciado que es por estar de vuelta en la isla, que se siente como en el destierro, y lo mucho que echa de menos a sus AMIGOS-DE-VERDAD de Madrid. Hay veces que no puedo por menos que sentirme un poquito menospreciada con todo ese rollo, y me dan ganas de soltarle cuatro frescas y decirle que si tan mal se lo pasa entre nosotros, que coja los trastos y se largue con viento fresco. A ver hasta donde llegaba.
Quedan muy pocos días para cerrar la encuesta, espero vuestros votos

1 comentario:

Anónimo dijo...

De eso nada. No me agarro yo a esas cortinas ni después de una copa en el akelarre!!